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EL NAZISMO
Por Ludwig von Mises
Tomado del libro El Socialismo.

La filosofía de los nazistas, del Partido Nacional Socialista Alemán del Trabajo, es la manifestación más pura y completa del espíritu anticapitalista y socialista de nuestro tiempo. Sus ideas esenciales no tienen origen alemán o «ario», ni son peculiares a los alemanes de la época actual. En el árbol genealógico de la doctrina nazista sobresalieron más que cualquier autor alemán, escritores latinos como Sismondi y Georges Sorel y anglosajones como Carlyle, Ruskin y Houston Stewart Chamberlain. Aun la vestimenta ideológica más conocida del nazismo, la fábula de la superioridad de la raza aria, no era de origen alemán, dado que su autor fue el francés Gobineau. Otros alemanes de ascendencia judía, como Lasalle, Lasson, Stahl y Walter Rathenau, contribuyeron más a los dogmas esenciales del nazismo que hombres como Sombart, Spann y Ferdinand Fried. La fórmula en que los nazistas condensaban su filosofía económica, a saber, Gemeinnutz geht vor Eigennutz (el bien de la comunidad está por encima de la ganancia privada), es igualmente la idea que sirve al New Deal americano y a la forma en que los soviets manejan los asuntos económicos. Ella presupone que los negocios que buscan obtener utilidades dañan a los intereses vitales de la gran mayoría y que es deber sagrado de cualquier gobierno popular, impedir la obtención de ganancias mediante el control público de la producción y la distribución.

El único ingrediente específicamente alemán que tuvo el nazismo, fue su lucha para la conquista de Lebensraum. También este aspecto fue resultado de su conformidad con las ideas que guían la política de los partidos políticos más influyentes de todos los demás países. Estos partidos proclaman la igualdad del ingreso como la cosa principal. Los nazistas hacían lo mismo. Lo que los caracterizó fue el hecho de que no estaban preparados a consentir en un estado de cosas en que los alemanes se veían condenados para siempre a vivir «prisioneros», como ellos decían, en una superficie relativamente pequeña y poblada con exceso, en la que la productividad del trabajo tiene que ser menor que en países menos poblados y mejor dotados de recursos naturales. Pretendían una distribución más equitativa de los recursos naturales de la tierra, y como nación carente de ellos, veían la riqueza de las naciones prósperas con el mismo resentimiento con que las masas ven los mayores ingresos de algunos de sus conciudadanos en los países occidentales. Los «progresistas» de los países anglosajones afirman que «la libertad carece de valor» para aquellas personas a quienes lo reducido de sus ingresos coloca en un estado de injusticia. Los nazistas decían exactamente lo mismo con respecto a las relaciones internacionales y, en su opinión, la única libertad que importa es la nahrungsfreiheit (libertad para no importar alimentos). Su objetivo era adquirir un territorio de tal manera grande y rico en recursos naturales, que pudieran bastarse a sí mismos económicamente, con un nivel de vida no inferior al de cualquiera otra gran nación. Se consideraban como revolucionarios que luchaban por sus derechos naturales inalienables, en contra de los intereses creados de una multitud de naciones reaccionarias.

Es fácil para los economistas desbaratar los errores que contienen las doctrinas nazistas, pero las personas que desprecian a la economía como «ortodoxa y reaccionaria» y que apoyan fanáticamente los credos espurios del socialismo y del nacionalismo económico, estaban perdidas cuando se trataba de refutarlo, porque el nazismo no era más que la aplicación lógica de sus propios dogmas a las condiciones especiales de una Alemania comparativamente sobrepoblada.

Por espacio de más de setenta años, los profesores alemanes de ciencia política, historia, derecho, geografía y filosofía, inculcaron ansiosamente a sus discípulos un odio histérico contra el capitalismo, y predicaron la guerra de «liberación» contra el occidente capitalista. Los «socialistas de la cátedra» alemanes, tan admirados en todos los países extranjeros, fueron quienes allanaron el camino a las dos guerras mundiales. Ya al finalizar el último siglo, la inmensa mayoría del pueblo alemán sostenía radicalmente el socialismo y el nacionalismo agresivo. Desde entonces estaban firmemente afiliados a los principios del nazismo y lo que faltaba únicamente, pero que más tarde se agregó, era un nuevo término para designar su doctrina.

Cuando la política soviética de exterminio en masa de todos los disidentes y de violencia despiadada, suprimió las inhibiciones en contra del asesinato al por mayor, que todavía inquietaban a ciertos alemanes, nada pudo detener por más tiempo el avance del nazismo. Esta doctrina se apresuró a adoptar los métodos soviéticos e importó de Rusia el sistema de un solo partido y el predominio de este partido en la vida política; la posición principalísima que se asignó a la policía secreta; los campos de concentración; la ejecución o el encarcelamiento administrativo de todos los contrarios; la exterminación de las familias de los sospechosos y de los desterrados; los métodos de propaganda; la organización de partidos filiales en el extranjero y su utilización a fin de combatir a sus propios gobiernos, así como para llevar a cabo trabajos de espionaje y sabotaje; el empleo de los servicios diplomático y consular para fomentar la revolución; y muchas otras cosas más. En ninguna parte hubo discípulos más dóciles de Lenín, Trotsky y Stalin que los nazis.


NOTAS

Tomado del libro «EL SOCIALISMO» de Ludwig von Mises. Este análisis del nazismo fue escrito por von Mises en 1947, en su breve libro, «Caos Planeado» (Planned Chaos). Luego «Caos Planeado» fue añadido como un epílogo a «EL SOCIALISMO», libro que analiza y critica al socialismo desde todos los ángulos imaginables. Usted puede adquirir éste y otros libros de este científico en http://www.unioneditorial.es/ (Madrid, España).


Ludwig von Mises

El profesor von Mises (1881-1973), economista, fue el principal impulsor de la escuela austriaca de economía, escuela liberal que hoy en día experimenta un gran resurgimiento. Entre sus alumnos en Europa el más destacable es Friedrich von Hayek (premio nobel 1974); posteriormente en EE.UU., donde emigró en 1940 bajo el asedio precisamente de los nazis, probablemente su más extraordinario alumno fue Murray N. Rothbard (gran intelectual libertario, prolífico autor). Escribió muchos libros, «EL SOCIALISMO» en 1922.